Astrid Cañas
Movilización Social por la Educación
Partiendo de lo anterior, en la segunda parte intentaré relacionar la comunicación con el concepto de territorio que hemos venido construyendo en la mesa y allí en ese contexto ubicaré su relación con la educación. En esta parte las preguntas están abiertas, propongo solamente unas ideas para la discusión.
La discusión sobre comunicación en América Latina ha tenido dos grandes vertientes que es necesario reseñar para poder pensar el lugar de lo local en las dinámicas comunicativas de estas sociedades. Paradójicamente, y a pesar de la fortaleza que han tenido los estudios de comunicación latinoamericanos en este aspecto, hay que decir que en términos generales ha sido un debate dejado de lado en los últimos años por la hegemonía de las nociones de tecnología e información. La supuesta inserción de nuestras sociedades en la llamada sociedad de la información, ha generado un enorme optimismo que no distingue comunicación de información , y que además se sustenta en un determinismo tecnológico que supone que es la tecnología el motor jalonador de las transformaciones sociales antes que cualquier otro proceso . La herencia del funcionalismo en comunicación –que se origina en los años cincuenta del siglo XX- pareciera recobrar su fuerza a través de la hegemonía de esta visión, ante ello hay que reconstruir alternativas que nos permitan pensar, actuar y transformar lo comunicativo desde otros lugares y otros sujetos.
a. La comunicación para el cambio social, difusión de innovaciones y comunicación para el desarrollo.
Hacia mediados del siglo XX, la reconfiguración de las relaciones de poder a nivel regional estuvo fuertemente marcada por el interés de los Estados Unidos de consolidar alianzas que le permitieran fortalecer su control regional político y económico en América Latina. En Colombia, esto tuvo lugar a través de la Alianza para el Progreso, promovida por el presidente John F. Kennedy.
Este contexto posibilitó la entrada de enormes programas de inversión para el desarrollo a los países del área, que tenían como propósito la transformación y funcionalización de las economías latinoamericanas hacia la “modernización” de la estructura productiva.
Esto implicó el desarrollo de un modelo de intervención social basado en la idea de la modernización de las prácticas sociales atrasadas en diversos niveles, uno de ellos el de la cultura. El modelo ya venía siendo preparado desde los principales centros de pensamiento académico en los Estados Unidos. Hay que tener en cuenta que en los Estados Unidos las escuelas de sociología empiezan a consolidarse durante esos años, y va a ser de ahí de donde se van a gestar los primeros estudios de comunicación predominantemente funcionalistas, en cuanto le asignaban a la comunicación un papel integrativo en términos del orden social: de refuerzo a los valores y pautas de comportamiento dominantes para el funcionamiento de la democracia.
La intervención social en las comunidades para la pretendida modernización requería no sólo de educación para los nuevos usos y prácticas en la agricultura , sino también para modificar la disposición valorativa hacia el cambio, lo cual lleva al campo de lo cultural. Fue precisamente de la mano de estos programas de modernización que la comunicación encontró un primer escenario de introducción al debate en América Latina. La llamada comunicación “para el cambio social”, así como la comunicación “para la difusión de innovaciones”, hicieron de la comunicación una herramienta al servicio de la modernización del campo a través de la promoción de nuevas pautas de comportamiento y valores acordes con los requerimientos de una economía rural moderna.
Se instala desde ahí la idea de que todo programa de desarrollo requiere necesariamente un componente comunicativo-educativo que refuerce las tendencias individuales hacia el cambio, ya que entre otras cosas, se parte del supuesto de que las comunidades rurales generalmente son conservadoras y por lo tanto no presentan tendencias hacia el cambio modernizador, como en principio si las tendrían las poblaciones urbanas. En ese sentido, se afirma el sentido funcionalista de este tipo de comunicación: el afianzamiento de valores que faciliten la integración social a través del cambio cultural.
Evidentemente, desde esta perspectiva los principales sujetos del proceso comunicativo son aquellos que intervienen para introducir el cambio social modernizador, ya que a las comunidades se las considera pasivamente conservadoras. El científico social del modelo de difusión de innovaciones es el sujeto privilegiado del proceso comunicativo, además de incuestionable, ya que los objetivos de ese cambio vienen de afuera.
En este contexto, surge la idea de comunicación para el desarrollo, uno de los conceptos más fuertes del debate sobre lo comunicativo en América Latina. ¿Es la comunicación fundamental para movilizar a la sociedad hacia el desarrollo? Las entidades supranacionales que auspiciaron técnica y políticamente la implementación de políticas públicas para el desarrollo a lo largo de esas décadas y hasta la actualidad entendieron que la comunicación efectivamente generaba condiciones para el cambio social, y en especial para la superación de la pobreza.
Sin embargo, aquí el problema de la superación de la pobreza como objetivo del desarrollo es un asunto de disminución de los efectos del modelo de acumulación capitalista a través de paliativos focalizados: atender poblaciones en condiciones especiales de vulnerabilidad social y económica que no han logrado ser incorporadas al modelo de producción y que se reconocen como marginadas.
El problema sobre qué se entiende por desarrollo, quién lo construye y hacia donde se dirige su horizonte de sentido es lo que la comunicación para el desarrollo en general no cuestiona. La comunicación para el desarrollo promueve la implementación de unas políticas públicas que no cuestionan el modelo de acumulación ni tampoco la particular construcción de la idea de pobreza y de marginalidad que aparecen para atender aquello que es producido precisamente por dicho modelo.
De nuevo, así como en el difusionismo y la comunicación para el cambio social, la comunicación para el desarrollo plantea una versión funcionalista de los procesos comunicativos, en donde el cuestionamiento y la crítica no caben dentro de la definición del rumbo de las comunidades, y en donde se parte de una idea integrativa del proceso comunicativo con respecto al orden social establecido. Ni la educación ni la comunicación en el marco del desarrollismo escapan a la definición exterior a los procesos sociales de los objetivos y el sentido de lo que se considera “desarrollo”, ambas son instrumentalizadas en virtud de estas definiciones.
b. Comunicación popular: la aparición de otros sujetos productores de lo comunicativo
No obstante lo anterior, en los años sesenta del siglo XX surge en el contexto latinoamericano una idea de comunicación que pone en el centro de la producción comunicativa unos sujetos nuevos en el panorama del debate. La comunicación popular surge de los planteamientos de la educación popular, en donde los sujetos de la transformación social (ya no del cambio visto como modernización) son las personas de carne y hueso que experimentan en la vida cotidiana la dominación y la opresión.
Mientras los medios masivos de comunicación empezaban a consolidarse a lo largo del continente, la producción académica latinoamericana empezaba a señalar la relación de estos con la reproducción ideológica del capitalismo , y surgen entonces diversos autores que desarrollan una fuerte crítica hacia la estructura de la propiedad de los medios y el control ideológico de las sociedades. Esto contribuyó a la crítica que la comunicación popular asumió como parte de su convencimiento acerca de la necesidad de cuestionar el lugar y los sujetos productores de la comunicación.
El reconocimiento de unas subjetividades activas, productoras de su propia realidad, críticas ante las condiciones productoras de la dominación (en las relaciones sociales de producción) y de la opresión (en la cultura), orientó la comunicación hacia las prácticas populares y las dimensiones concretas de la vida de los sujetos: los barrios, las comunidades rurales, etc. Lo local aparece aquí ya no como objeto de intervención para el cambio, sino como escenario de discusión y reconocimiento para la transformación, en esa misma medida, la comunicación adquiere una dimensión cercana a lo social no sólo desde el punto de vista espacial sino desde la reflexión que posibilita la autonomía de los sujetos populares.
La comunicación, la educación y las dimensiones locales de la vida social
En esta breve descripción del debate sobre comunicación desde el punto de vista de cómo se aborda lo local podemos ver que ambas tendencias, la funcionalista en sus diferentes versiones, y la de la comunicación popular, ofrecen perspectivas diferentes de asignarle un rol a la comunicación, bien sea para el cambio modernizador en la primera, o para la transformación hacia la emancipación en la segunda.
Mientras la primera considera a las comunidades como agentes pasivos que requieren una intervención externa para generar disposiciones hacia la modernización, en la segunda las comunidades son el sujeto central de un proceso de cuestionamiento, crítica y transformación del orden social. De la misma manera, el acercamiento a lo local difiere en tanto la especialidad de la primera es de “intervención” (bien sea para la modernización o para el desarrollo por medio de políticas públicas definidas desde afuera de las comunidades), y en al segunda la espacialidad local se convierte en un ámbito de cuestionamiento y preguntas desde la experiencia de los sujetos frente a su entorno.
Retomando lo planteado por la comunicación popular, lo local es el escenario en donde las prácticas comunicativas cobran vida y tienen sentido, más aún en un contexto en donde se ha convertido en el escenario de las posibilidades de enfrentamiento de los aspectos deshumanizantes de la globalización y de recuperación de aquellas posibilidades comunicativas que nos abre.
Sin embargo, ¿qué son esas prácticas comunicativas en lo local entendido a través del concepto de territorio? Aquí es donde retomar la comunicación popular nos exige un planteamiento de territorio que apunte hacia tres aspectos:
1. El reconocimiento de la autonomía de los procesos populares: la comunicación no puede estar supeditada a ser un instrumento de movilización hacia fines definidos por fuera de los procesos sociales colectivos.
2. Una visión que vaya más allá de la espacio y se plantee una especialidad como escenario de relaciones de poder: en donde hoy por hoy la globalización ha reconfigurado las luchas sociales: en la comunicación, entendida como producción simbólica y de significados (no como información solamente) se juegan posibilidades para la reconstrucción ética y política de lo comunitario.
3. Una espacialidad que reconozca la relación de los seres humanos con la naturaleza: los seres humanos construimos nuestro entorno ambiental y lo modificamos y en esa medida se constituye en parte constitutiva del territorio y se convierte en el ámbito comunicativo fundamental.
4. De cara a la educación: la comunicación no es un instrumento sino una dimensión de la construcción de identidades, de la afirmación de sentidos colectivos e individuales que se realiza en los procesos educativos. Así como la educación no se resuelve en las instituciones escolares, la comunicación tampoco se resuelve en los aparatos ni en la inserción simple de tecnologías, sino en la construcción de horizontes de sentido que se sustentan en la cultura y se apoyan en las tecnologías.
Lo anterior implica lidiar con varias herencias en la manera de pensar la comunicación que no permiten el reconocimiento la educación en los territorios:
1. Suponer que comunicación es información y divulgación solamente: esto es lo que por lo general se comprende como comunicación.
2. Considerar que lo comunicativo se resuelve en las tecnologías y no en las mediaciones sociales: la cultura, la producción de sentido y de significado, en la construcción de las identidades. Incluso las tecnologías deben ser interpretadas en su matriz cultural y no como determinantes de los procesos sociales.
3. En consecuencia, invisibilizar las tecnologías ancestrales (que subsisten) y las que se generan en las mismas dinámicas sociales. Para muchas personas sólo son tecnologías aquellas que proceden de la dinámica del capital: Microsoft, etc.
En conclusión, el camino para pensar la relación entre comunicación, territorio y educación debe pasar por dar debates en varios escenarios: el primero es el de la forma en que comunicación se ha acercado a lo local, el segundo es el que tiene que ver con los retos que la noción de territorio (ya no de “lo local” entendido genéricamente) le plantea a la posibilidad e trabajar en comunicación popular hoy en nuestras dinámicas de la Movilización Social por la Educación.
6 comentarios:
me parece interesante abordar el tema de la comunicacion en los procesos sociales, particularmente en lo educativo. en este sentido es fundamental desarrollar la relacion entre educacion y comunicacion que en el texto se hace un planteamiento muy general que no deja claro un enfoque en este tema, por ocuparse de las tendencias actuales en la vision de la comunicacion. tampoco es claro como aparece el territorio en este relacion. me quedan preguntas, como ¿si no se habla de comunicacion para el desarrollo o de comunicacion desde lo local, de qué tipo de comunicacion se plantea?, ¿de qué se habla cuando se habla de comunicacion popular, en el contexto actual?, ¿que relacion se quiere establecer entre el territorio y producciones socio-culturales como la educacion y comunicacion?. Liliana Botero
Hola,creo que es importante,el texto para iniciar la discusión, sinembargo, me parece,colocar su caracter de Borrador ya que se hacen afirmaciones fuertes y no fundamentadas,es necesario profundizar a ) Un estado de Arte Huergo, por ejemplo ubica seis grandes corrientes, de igual manera recordar no perder,un estudio de la Comunicación Popular (Kaplun, Leis, etc.B) La idea De lo local, si se atraviesa por lo popular toma otro Caris, allí Laclau ayudaria c) No desechar lo de las tecnologias, esa es otra realidad y allí lo que irrumpe es una nueva episteme, que descoloca muchas cosas,de la mirada anterior, Lo Popular,lo Comunicativo, la Educación, La pedagogía,etc, creo En la necesidad de profundizar. Saludos. Marco raúl
Oiga Cuervo, esa foto es un descrédito, hágame el favor y no me acabe con la imagen de esa manera tan inclemente.
Claro que es un borrador, ni más faltaba. No tuve tiempo de irme a recoger bibliografía exhaustivamente. Creo que reseño un par de cosas, también tengo en la cabeza los textos de Luis Ramiro Beltrán, Máximo Simpson Grinberg, otros sobre la experiencia de Evertt Rogers en la comunicación para difusión de innovaciones, otras cosas que me hacen pensar (abusivamente, sí, pero las hipòtesis deben ser abusivas para poder avanzar) que la comunicación para el desarrollo no sale de considerar el desarrollo como un concepto sólido y en cierta medida incuestionable, etc., y pocas veces se procupa por preguntarse sobre su orígen. La relación entre comunicación ye educación pasa sí por las tecnologías pero no es mi fuerte y tengo cuestionamientos hacia la menra como se ha enfocado dejando de lado las relaciones que fundamentan lo territorial, no es mi objeto abarcar todas las mediaciones de lo comunicativo sino por lo menos aquellas que aparecen en la educación territorializada, cosa que está por desarrollarse. En fin, borrador... esta noche charlaremos para volver a escribir otro borrador.
Pienso que el tema de la conceptualización en este tema se hace necesario y es oportuna para establecer las relaciones entre los conceptos y en eso podriamos llegar a unos comunes hoy en el seminario. Pues el tema como dice Astrid trae consigo unas herencias semanticas que suelen distrer las reflexiones y encaminarlas a lo mediatico, tenologico, en lo comunicativo a lo curricular y al ámbito de la escuela con el tema de lo educativo y al ordenamiento local con el territorio.
RECORDEMOS que pensamos iniciar a las 6:30 y que todos podemos dar la pauta para comenzar.
Ole, astrid te acababas de levantar o estabas muerta del sueño en alguna reunión je,jeje
luly
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